Una cosa curiosísima de Alaska en esta época es que hay 19 horas de luz, lo que quiere decir que anochece cerca de las doce de la madrugada y amanece 4 o 5 horas más tarde. Para ello, tomaré el Alaska Railroad con el que llegaré a Denali doce horas más tarde. Durante las 7 horas que dura el viaje dediqué mi tiempo a admirar los diferentes parajes y echar alguna que otra cabezada necesaria para recuperar parte del cansancio acumulado. El cansancio acumulado durante estos días con los cambios horarios y las pocas horas de sueño me provocaron un pequeño bajón físico que solventé con un poco de agua y paciencia. A ellos había que sumar grandísimos jugadores, descartados por unas u otras razones por equipos de más enjundia que el Deportivo, que formaron un bloque histórico durante varias temporadas. Como no tenía sitio me acabaron situando en el asiento del copiloto, me devolvieron el dinero y mantuve una interesante charla durante todo el viaje con el conductor cubano Jorge Gómez. Después de estos días de descompresión, llega el verdadero momento de iniciar el viaje solo.
Lo gracioso del momento fue que cuando la cogió me percaté de que el pobre señor tenía un acentuado tembleque. El jugador alemán, en una entrevista con el canal Sport1, lo felicitó por haber batido su récord de cuarenta años y Messi, en reconocimiento, le envió una camiseta del Barcelona con el número 10, en la que se leía «Para Gerd Müller/Mi respeto y admiración/Un abrazo». La salina se instaló a orillas de la laguna Ojo de Liebre aprovechando los salitrales naturales del lugar sin imaginarse que años después esta pequeña empresa llamada Exportadora de Sal se convertiría en la salina más grande del mundo. El hostal en el que me alojo se llama Jason’s International Youth Hostel, un lugar agradable situado en 3324 Eide Street, en Midtown, no muy lejos del centro en el que se paga 25 dólares por noche y cuyo precio incluye un grasiento desayuno basado en huevos duros, patatas y una gruesa salchicha demasiado picante para mi gusto.
La tecnología cada día me asombra más y los putos gabachos (permitidme la licencia) tienen una suerte que se la pisan. Daré buena cuenta de todo lo que vea con una oportuna galería de fotos. Prefiero reservarme todos esos momentos de dificultad y contaros aquellas cosas que alegran mi corazón. A pesar de todo, el hecho de sentir que uno está en un extremo del continente, en una isla y que toda muestra de civilización se encuentra a varias horas de viaje… El viaje promete ser laaaaaaargo pero interesaaaaaantísimo. Recuerda hacerte un seguro de viaje antes de viajar a Estados Unidos, cualquier atención médica por enfermedad o accidente en Estados Unidos te puede arruinar el viaje, no sólo físicamente, sino dejar temblando tu bolsillo. Como podéis ver en las fotos, el color verde y marrón prevalece en sus paisajes y llama la atención el permanente silencio en el ambiente tan sólo interrumpido por el ruido de las aguas de algún río aislado.
Mi tren salía a las 8:15 con rumbo al Denali National Park, situado a unos 233 kilómetros, y cuya espectacular extensión de bosque boreal y tundra acoge la montaña más alta de Norteamérica, el McKinley -conocido también como Denali- con 6.194 metros de envergadura. Mañana salgo a las 8:15 de la mañana rumbo al Denali National Park, lugar en el que se encuentra el monte McKinley, el más alto de Norteamérica. Me quedé con las ganas de aceptar el reto de un curioso lugar llamado «El Cuadrilatero» (Luis Moya 73,local 4). Se trata de una tortería propiedad del luchador Super Astro en la que se sirven unas tortas exquisitas. Mañana salgo rumbo a Anchorage (Alaska) a las 14:40 horas. Después de tres horas y media de vuelo aterricé en Denver (Colorado), estado situado más o menos en el centro de Estados Unidos. Todavía me quedaban casi cinco horas más de vuelo hasta aterrizar por fin en Anchorage, una de las ciudades industriales más importantes de Alaska, aunque no su capital, que es Juneau. Aunque en ambos casos salió perdedor. Fue el primer jugador no europeo en lograrlo y el segundo detrás de Cristiano Ronaldo, aunque lo hizo en veintiún partidos menos.